miércoles, 24 de septiembre de 2014

Crononautas, Magnus, Taibox, Lemos



Aventuras en la historia




El grupo GAS Comics no para de crecer. Tras la edición del libro Grimorio del plata el año pasado y de la quinta entrega de su “miscelánea de historias cortas” (también conocida como GAS3K.5) ahora nos proponen su primera incursión de lleno en la historieta para niños. O, mejor dicho, en el tipo de historietas para niños que cualquier lector de comics podrá disfrutar. 
 
Y, en ese sentido y como era de esperar, Crononautas (guión de Martín “MaGnUs” Pérez y arte de Federico “Taibox” Taibo y Carlos Lemos) está llena de referencias al universo geek o nerd o a varias regiones de la “cultura popular”, es decir Star Wars (ver las páginas 47-48 para un divertido juego con El regreso del jedi), juegos de rol (“me saqué 20 en la tirada de escapismo”, leemos en la página 43) y Doctor Who (“es más grande por dentro”, p.46; “esos que viajaban en la cabina telefónica y no eran Doctores…”, p.51), por nombrar solo algunos. 
 
También hay en esta historia de viajes en el tiempo y arqueología (una suerte de cruce entre algo de Stargate, algo de Indiana Jones y el ya mencionado Doctor Who como ficción paradigmática de viajes en el tiempo) muchas referencias a la historia “real”, que parecen sugerir una intención didáctica o que pretende contagiar a los jóvenes lectores el entusiasmo por las civilizaciones del pasado y, de paso, la historia nacional. Así, además de los episodios que transcurren en el auge de la civilización maya, en la Banda Oriental de la víspera de la Batalla de Sarandí o en el Reino Nuevo del antiguo Egipto (todo debidamente marcado por fechas y anotaciones geográficas), el libro incluye un apéndice parahistorietístico que aporta información acerca de esos momentos de la historia.
 
En relación al trabajo anterior del grupo, Crononautas muestra un notorio avance en la calidad de edición y en el arte. El aporte de Lemos (capítulos 1, 3 y epílogo) es sin duda lo mejor del libro, pero en esta oportunidad Taibo, cuyo desempeño en el pasado pudo pensarse como un posible talón de Aquiles de las publicaciones de GAS, logra encontrar una expresión adecuada para su estilo y sus habilidades, acaso porque su enfoque cartoonesco en esta oportunidad cuadra perfectamente con los objetivos del libro, acaso por lo que puede pensarse como un verdadero progreso en su desempeño como dibujante. Entonces, si bien todavía pueden encontrarse algunas viñetas resueltas con torpeza (la última de la página 47, por ejemplo), también aparecen evidentes aciertos, como las páginas 22-23 o la última viñeta de la página 41.
Taibo también ofició de colorista en este libro, desempeño que merece una consideración aparte, en tanto la calidad de su trabajo –en la primera publicación a todo color del grupo GAS– es notoria. A una paleta escogida con buen tino y sensibilidad (hay interesantes diferencias en el color de los diferentes episodios, como sugiriendo una cierta “sensación de época”) se le suman aciertos puntuales, entre ellos la pirámide maya de las ya mencionadas páginas 22 y 23 y buena parte de las viñetas nocturnas del tercer capítulo (en particular la primera de la página 37, que suma al acierto composicional de Lemos un excelente trabajo de Taibo en el color).
 
Esta vez el punto más débil del trabajo del grupo GAS está en el guión. Pérez quizá todavía debe afinar su puntería –ya probada en cuanto a relatos cortos– con el aliento más prolongado de una novela gráfica o una narración de cierta extensión. Si bien el guión de Crononautas está bien resuelto en líneas generales, en tanto no permite que decaiga el interés y mantiene un buen nivel de diversión al que se suma el acierto de no pocos diálogos, también es verdad que el final está notoriamente precipitado, hasta el punto que entre las páginas 46 y 48 se malogra parte de la resolución de la trama, en relación a un personaje concreto cuya aparición –no se trata acá de contar el final del libro, de todas formas– da la sensación de un fallo en la narrativa, de “apuro” o de cierta impericia a la hora de manejar trama y personajes. Es en ese sentido que el guión de Crononautas brinda a su autor –quien indudablemente viene mostrando un crecimiento muy acusado en los últimos dos o tres años, aunque ahora podría pensarse que esa evolución quedó más o menos confinada a los límites de una narración gráfica breve– la ocasión de aprender más y ofrecer mejores trabajos en el futuro. Porque si algo es seguro en relación a Pérez y el resto de los integrantes de GAS, siempre inmiscuidos en una gran variedad de proyectos (hay al final del libro, después de los bocetos y comentarios del proceso de creación de la historieta, una lista de enlaces de Internet que dan la pauta de la gran cantidad de publicaciones del grupo), es justamente que van a seguir trabajando, que no van a parar de buscar oportunidades para crecer.

Publicada en La Diaria el 24 de septiembre de 2014